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¿Mudarte o no mudarte de país por trabajo?

Estilo de vida, costos, la familia, plan B, son tan sólo algunos de los factores que expertos recomiendan a todas las mujeres que se enfrentan a esta disyuntiva.
jue 12 agosto 2021 05:04 AM
¿Mudarte o no mudarte de país por trabajo?
¿Mudarte o no mudarte de país por trabajo?

Te despiertas y te diriges al trabajo, pero no es como cualquier otro día, hoy te ofrecen un nuevo puesto… en otro país. ¿Lo tomas al instante o te detienes a pensar qué requieres para aprovechar una oportunidad así?

“Depende”, responden Maria José Cantú, jefa de Comunicación y Cultura en Grupo Lala, y Mariana Camacho, especialista en proyectos de Syneos Health, una compañía que dirige ensayos clínicos.

Si es un país que resulta más inseguro que el panorama que existe en México, Camacho no lo tomaría. Tampoco si existe una barrera del idioma. “En el trabajo puede hablar inglés, pero si fuera de él no es conocido ése u otro idioma que yo conozca, lo pensaría mucho”, dice. El sueldo es importante, debe ser suficiente para sostener el nivel de vida que se tenga en el país.

Para Cantú, en el caso de tener pareja siempre se puede llegar a un acuerdo de visitas. Y lo tomaría sin pensarlo, en caso de que fuera una actividad que disfrute hacer.

¿Pero cómo lo negoció alguien que ya se fue? Diana Pantoja, gerente de relaciones públicas de la fintech Nu en México, asegura que cuando decidió mudarse de Colombia a Ciudad de México su novio no podía ir con ella por cuestiones laborales y personales. Y aunque intentaron pensar en opciones de visitas o planes a mediano plazo, ella tomó una decisión.

“Siempre he tenido muy claro que primero va mi vida laboral, soy muy independiente en ese sentido, por lo que no iba tampoco a renunciar a la posibilidad de la mudanza. La relación terminó, pero en muy buenos términos. Al día de hoy somos buenos amigos y hacemos parte de la vida del otro a la distancia”, dijo.

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¿Qué se debe tomar en cuenta entonces?

Mauricio Candiani , empresario y conferencista de negocios, recomienda considerar si el nuevo lugar de residencia tiene un mayor o menor costo de vida. También está el desarrollo profesional, que no siempre tiene que ver con tener un sueldo más alto, sino con la proyección laboral a corto, mediano y largo plazo y que también tiene que ver con el tipo de networking que se puede construir en un nuevo lugar.

CodersLink, una plataforma que conecta a empresas de tecnología en Estados Unidos con talento mexicano, recomienda ante una oferta de trabajo en otro lugar, cerrar con el empleador cuestiones como dónde se vivirá los primeros días, quién pagará los gastos de traslado de toda la familia (si es el caso) e, incluso, qué pasará si el contrato termina.

Asimismo, recomiendan que como mujer consideres el cambio que supone en la carrera y en la vida de tu pareja y juntes piensen en la posibilidad de que sea tan factible para ambas partes tener un buen empleo o una dinámica diaria que les satisfaga.

“Háganse esta pregunta juntos: ¿podrá él o ella encontrar un buen trabajo en el nuevo lugar?”, exhorta un blog de CodersLink.

En el caso de que existan hijos e hijas de por medio es importante consultarles la idea planteando también las bondades y retos de construir una nueva vida: nueva escuela, nuevos amigos, nueva casa, etc.

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Ellas se mudaron a otro país y así les fue

Diana Pantoja, después terminar una relación, se ha mudado en tres ocasiones: de Bogotá a Ciudad de México, de Ciudad de México a Madrid, y de regreso a la capital mexicana.

“Me mudé de Colombia a México porque veía una oportunidad laboral mucho mayor de lo que hubiera podido conseguir en Colombia. Siempre vi a México como la meca empresarial de la región, ya que las operaciones regionales de la mayoría de las empresas importantes de América Latina están localizadas en México”, señala.

Cuando se fue a España, lo hizo vinculada a una empresa. “En Colombia se ha vendido un poco el ‘sueño español’ y siempre había querido vivir en Madrid por muchas razones, como la belleza arquitectónica de la ciudad, por la seguridad, el sistema de transporte y la calidad de vida. Me parecía interesante aprender de otras geografías y del mercado europeo”, agrega.

Para Pantoja, el regreso a México tuvo que ver con el futuro profesional. “Yo creo que es la tierra de las oportunidades”, dice. Especialmente, para startups tecnológicas. “Creo que es el momento de América Latina y prefería aportar a una empresa de mi región y que me fuera más cercana. En España me di cuenta que yo soy muy muy latina y me hacía falta el mundo latino, la parte más suave y la calidad humana”, explica.

La mudanza no es sencilla, menos de un país a otro. Para Pantoja, siempre es difícil mudarse y empezar de cero en cualquier país. Desde problemas elementales como encontrar las marcas que te gustan de los productos más básicos, hasta más complejos como la comunicación y entender la idiosincrasia de otro lugar y por supuesto, estar lejos de la familia. ¿Su recomendación? Conseguir asesoría en temas migratorios, específicamente de respecto a trámites de visas.

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Por su parte, Gabriela Arreal, especialista de Reclutamiento en Nu, la mayor dificultad de mudarse de Brasil a México fue el cambio cultural.

“El principal reto de vivir en otro país siempre será el shock cultural, pero México es muy similar a Brasil en algunos aspectos. Es un país que nos ayuda mucho a los extranjeros, en términos migratorios también es muy accesible. Mi esposo y yo somos brasileños y nuestro hijo nació en México. Desde el embarazo, todos los procesos de cambio a residencia permanente, al igual que otras necesidades, se solucionaron rápida y fácilmente”, afirma.

En el caso de Elena Mari, italiana y Brand and Product Marketing Lead en Nu, le ha tocado vivir en Reino Unido, Estados Unidos y México durante los últimos 10 años, con el objetivo de crecer como profesional.

“Lo que me mueve es la adrenalina de salirme de mi zona de confort y enfrentarme a nuevos retos, nuevas industrias y nuevas maneras de trabajar. Considero que si bien fue cansado y a veces solitario, el haber tenido estas experiencias representa un aprendizaje invaluable. Lo volvería a hacer mil veces”, dijo

Y también está la faceta personal. “Considero factores personales que puedan impulsar la decisión hacia un lugar u otro. Hoy vivo en México porque hace casi cinco años decidí apostarle a quien hoy es mi esposo”, cuenta.

Carrie Nguyen, quien es gerente de producto, se mudó de Filadelfia a México después de terminar su MBA.

“Hice la maestría con la idea de cambiar de industria, país e idioma de trabajo. Dado mi experiencia estudiando en Argentina y trabajando en microfinanzas en Perú, decidí enfocarme en la región latinoamericana. Durante el MBA, trabajé para una startup en Ciudad de México y me enamoré de la ciudad, la cultura cálida y abierta. Sobre todo, el sentido humor espectacular de los mexicanos y las oportunidades enormes en este país”, compartió.

¿La parte difícil? Para Nguyen fue conseguir un nivel profesional de español para entender bien a los clientes y el entorno local. También adaptarse a las peculiaridades de la cultura mexicana, incluso la jerga mexicana. “Muchas expresiones aquí no existen en otros países. El multiuso de ‘órale’ me confundió mucho al principio y algunas palabras se usan de una forma diferente (regresar = devolver)”, dijo.

Si aún tienes más dudas respóndete: ¿el trabajo vale la pena todos los obstáculos que tendré que enfrentar?, ¿qué hay en la nueva ciudad a aparte del trabajo?, ¿qué dejas atrás? y sobre todo; ¿cuál es el plan B si las cosas no funcionan?

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