El brazo del sector privado
Aeroméxico comenzó a trabajar con la Comisión Nacional de Derechos Humanos en 2016 en un programa para combatir la trata de personas y el turismo sexual, debido a muchas de estas víctimas son transportadas a través del transporte aéreo.
“Desde un inicio fue importante delimitar responsabilidades para no arriesgar a empleados, víctimas o testigos que se atrevieran a denunciar casos de turismo sexual”, explica Adriana Prieto, gerente de Desarrollo Sostenible en Aeroméxico.
Desde entonces la aerolínea inició una estrategia que comenzó con la difusión de mensajes preventivos y ha pasado por la capacitación al personal de la aerolínea para detectar posibles víctimas y canalizarlas con autoridades correspondientes, si bien la empresa no ofrece cifras sobre el nivel de incidencia porque no da seguimiento a los casos de los que alerta a las autoridades.
Sin embargo, Prieto señala que cuando inició había mucho desconocimiento del tema, sobre todo en la industria área porque existen pocas estadísticas de trata en aviación. Además, apunta que gracias a la capacitación de Conapred la aplicación de los protocolos se hace con base en medidas que no fomenten la discriminación, por ello es que Aeroméxico sólo consigna los casos.
Por su parte, Volaris firmó desde hace ocho año el Acuerdo-Compromiso con la organización ECPAT (End Child Prostitution, Child Pornography and Trafficking of Children for Sexual Purposes, por sus siglas en inglés.), la red mundial de organizaciones e individuos que promueven la prevención y concientización sobre la explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes. Fue la primera empresa en México y Latinomérica en suscribir un acuerdo de esta naturaleza. Con el acuerdo comenzó la implementación del “Código ECPAT” en todas sus operaciones, para identificar posibles casos de turismo sexual en sus vuelos. Para ello se capacitó a 4,500 trabajadores que fueran capaces de identificar posibles casos de trata al interior de los vuelos.
“A través de la alianza estratégica, hemos identificado e implementado soluciones para luchar en contra de una problemática que vulnera a nuestra sociedad y al desarrollo de comunidades sostenibles: la explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes en el contexto de los viajes y el turismo”, José Alfonso Lozano, director de asuntos corporativos de Volaris. Para Rita María Hernández, directora de la Comisión Unidos vs Trata, la desigualdad de género, la globalización, la pobreza, el racismo, la migración y el colapso de la estabilidad económica de la mujer contribuyen a crear las condiciones en que una mujer es impulsada a la industria sexual.
“Contrario a lo que dicen aquellos que buscan reglamentar la prostitución, a los compradores de sexo no les interesa la diferencia entre prostitución y trata. Nunca le preguntan a una chica si está siendo tratada. Y los testimonios que conocemos hoy en día, de más de 200 mujeres, nos indican que aunque ellas les compartan esta verdad, ellos poco se conmueven, pues han pagado por un servicio que ahora exigen”, dijo en un foro organizado por la Universidad Iberoamericana en 2017.