Pese a tener experiencia en por lo menos 10 sectores distintos, Elizabeth cuenta en entrevista con Expansión Mujeres que llevaba más de dos meses postulándose a todas las vacantes relacionadas con su expertise, incluso le pedía hacer pruebas que involucraran planeación estratégica o la creación de un calendario de contenidos muy detallado para que después le dijeran que estaba sobrecalificada.
“No, no perdí la fe en encontrar empleo, me postulé más de 100 veces, hice pruebas, proyectos, comunicados, traducciones y hasta planeaciones con la esperanza de ser contratada. Me preguntaba si tenía la suficiente experiencia para ser atractiva para algún empleador. También me preguntaba si tenía los suficientes soft skills pero, cómo lo sabrían los empleadores si algunos ‘me decían gracias por postularte, ya elegimos a otro candidato’”, narró laespecialista en RP.
Y cuando las dudas se multiplicaban, conocidos, amigos, excolegas suyos se acercaban para solicitar “apoyo” en proyectos. Accedió, ellos pagaron, pero ella seguía buscando un empleo formal.
“Este mensaje es para ti que no encuentras trabajo, que estás sobre calificado o que simplemente la vida te está gritando POR AHÍ NO ES. Me di cuenta que lo único que tenía era miedo a perder la seguridad económica de un depósito quincenal, fondo de ahorro, seguro”, dice Elizabeth luego de que su esposo le señalara que actualmente, un año después de haber quedado desempleada, ya genera más ingresos que cuando trabajaba en un corporativo.
¿Qué era lo que Elizabeth necesitaba entonces? Además de la seguridad de una quincena en tu cuenta bancaria, le hacía falta cubrir su sentido de pertenencia.
“Necesitamos un lugar a donde pertenecer. Yo lo descubrí porque ya tenía un salario, tenía cubiertos los gastos e incluso hasta seguro médico, pero vi que era un tema mío porque quiero ser reconocida y pertenecer a un lugar. Sin embargo, ahora tengo clientes que confían en mi trabajo y que lo recomiendan a otras personas. Además, lr doy empleo a cuatro personas más, ése es el reconocimiento que tengo ahora”, dijo.
Para Elizabeth Cruz, quien tiene una familia, emprender no fue su primera opción, pero en cuanto alineó toda su energía y esfuerzos a ese objetivo, las cosas empezaron a fluir.
“Todos los clientes que me han llegado son por recomendación, tenía 11 años que no estaba en casa tanto tiempo. Además, me sigo preparando, por eso en algún momento pensé en lo que necesitaba para trabajar como crear una página web por si llegan clientes más grandes, estructurar bien mis redes sociales, etc”, asegura.
“El emprendimiento es una búsqueda incansable de conocimiento, de clientes, innovación, de seguir aprendiendo, de hacer crecer tu negocios”.