"Se trata realmente de vinos de la tierra, donde los viticultores lo dan todo cada día del año para conseguir una esencia pura", explica Vanessa Massé, impresionada por el trabajo que hay detrás de cada botella.
Con el pelo recogido con una pinza, pasa de mesa en mesa en su restaurante-tienda de Niza, el Pure&V, distinguido con una estrella Michelin.
Desde su apertura en mayo de 2018, ya han pasado varios chefs por sus fogones. El establecimiento, de muros color verde botella, puede acoger a una veintena de comensales y, en el plato, la inspiración es escandinava y los productos locales.
Destaca su carta de vinos, que permite escoger entre 67 productores, algunos de los cuales vienen de Sudáfrica y Australia. La gama de precios es elevada.